Arco, flecha y blanco.
Por: Aimée Ibarra Guzmán.
“Una
vida dedicada al tiro con arco vale la pena, sólo con conseguir el tiro
perfecto.”
Carolina
Vargas, destacada practicante del tiro con arco, me regaló la oportunidad de adentrarme
en el mundo de una disciplina tan única y de la que muy poco conocemos. Gracias
a esta plática pude saber muchísimas cosas de gran interés sobre un deporte tan
peculiar.
Me
contó que hay distintas categorías para asignar la distancia a la que los
participantes deben tirar, se clasifican por edades y por sexo; un hombre mayor
de 18 años realiza tiros de 30, 50, 70 y 90 metros, mientras que una mujer de
la misma edad tira de 30, 50, 60 y 70 metros. Me interesé en saber cuál es el
apoyo que los practicantes reciben y ella me dijo que es casi nulo ya que sólo
les brindan una pequeña ayuda a aquellos que sobresalen en la olimpiada nacional,
el material que les otorgan en ocasiones no es del que necesitan y ellos deben
comprarlo por su cuenta: «no te apoyan en casi
nada, solamente te dan tu uniforme y que Dios te bendiga» cuenta Carolina. Es
una disciplina cara.
La olimpiada nacional es un evento de suma importancia y le
pregunté a Caro qué exige la disciplina para que los participantes puedan
llegar a tal nivel, ella me comentó que los requisitos de puntaje dependen
también de la categoría: si eres «cadete» te piden 1,125 puntos y a partir de
ahí aumentan 50 puntos con cada categoría.
Hablemos de México y el tiro con arco en el ámbito olímpico;
el año 2012 marcó diferencia. Ella me contó que a partir de este año México se
posiciona en los tres primeros lugares a nivel mundial: Corea en primer lugar,
Estados Unidos en segundo y México en tercero, atribuye el predominio de los
dos primeros países a que le brindan gran interés al deporte y por ello los
practicantes reciben mucho apoyo.
Caro fue una de las seleccionadas para las olimpiadas nacionales
y me contó sobre su experiencia, todo lo que se necesita para pasar a las
últimas etapas y lo que llegaría a sacrificar por estar ahí: «yo hubiera
renunciado a la escuela por seguir ese sueño».
Le pregunté sobre las modalidades de estilo con las que
participan y ella dijo que en las olímpicas son recurvo y compuesto, este
último sólo se utiliza en los juegos paralímpicos. Comentó que para ella el
peso ideal de un arco es de 2 kilos, pero que tiene compañeros que poseen arcos
hasta de 5, depende de cuánto le guste a cada quien cargar en su brazo.
Caro me platicó un poco sobre el panorama femenino en el tiro
con arco, asegura que es muy fuerte y reñido por los puntajes, ya que hasta 2
puntos de diferencia la pueden llevar los últimos lugares en la competencia. No
todo depende del deportista, hay factores ambientales que llegan a perjudicar
el resultado del tiro, por lo tanto le pregunté cómo lidia con lo que no está
en sus manos para hacer el mejor tiro: «Cuando empiezas no sabes ni qué hacer»
dijo mientras soltó una pequeña risa, me platicó un poco sobre sus técnicas
para sobrellevar distintas dificultades, por ejemplo, si hay viento debe
apuntar a la paca que está a un lado, no a la suya y todo lo deja a la suerte.
El tiro con arco es un deporte y como tal implica un entrenamiento.
Ella practica 60 horas a la semana y tira casi 1,000 flechas cada día. Además
de una hora de ejercicio físico y dieta balanceada. Me platicó sobre uno de sus
amigos que es seleccionado de la olimpiada nacional y él entrena las mismas
horas, pero con una carga más pesada, de 2,000 a 2.500 flechas. Sin salir de la
línea deportiva, también en esta disciplina el arquero puede sufrir lesiones
leves o graves, me contó que puede ser hasta una contractura de hombro o
ruptura de algún músculo.
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